Juventud v/s Irresponsabilidad

Me dirijo a comprar el pan con mi pequeño y hermoso sobrino de 1 año 4 meses, en el camino vamos los dos felices de la vida mientras yo le propongo una carrera, él con su lenta pero “rápida” forma de correr, me gana. Me encanta ver su carita llena de risa cuando ve pasar un avión o cuando mira los árboles y los apunta y me indica como si fuera un asunto de tanta relevancia que me siento obligada a mirarlos.

Compramos el pan, y de la mano emprendimos camino de vuelta a casa. Pasamos por una plaza que queda muy cerca de mi casa, en los columpios observo la siguiente situación: una pequeña niña de unos 3 años se columpia, a su lado, y en otro columpio, está su mamá, una niña de no más de 17 años, de pie se encuentra un niño de la misma edad aproximadamente, éste último tiene en su mano algo que parece un cigarro, pero al momento de yo pasar cerca de ellos y a juzgar por el olor, no, no era cigarro, era un pito. El olor era muy fuerte, la pequeña seguía jugando y yo casi arrastrando a mi sobrino que estaba pegado mirando a la niñita. En un momento, la pequeña le dice a su madre: “Mami, te amo”, se escuchó súper claro, yo me enternecí tanto con esa frase y me puse a pensar en la incoherencia e inconsecuencia de la joven pareja, principalmente del papá que era el que estaba fumando a sólo unos centímetros de la chiquitita, me dio tanta lata, cómo no preocuparse de la niña, de su hija??? ella tan inocente sin saber lo que estaban haciendo sus papás y el daño que le puede hacer inhalar tan directamente ese olor.

Opté por seguir mi camino y llevarme raudamente a mi sobrino del lugar, pensando en la suerte que tienen algunos niños de que sus papás se preocupen de ellos en todo sentido, poniendo siempre en primer lugar la vida de los pequeños antes que la propia.

Y nos fuimos los dos, jugando a las carreras nuevamente, y mi sobrino sonriéndome, como si el mundo fuera el mejor lugar para vivir.